Hay seres destinados a "encantar" y seres destinados a "desencantar". Hay que tener suerte en la vida para que los primeros abunden y abrumen a los segundos.
El desencanto es un estado tan dañino que incluso puede conducir a la muerte del espíritu. Sí, no exagero, no exagero nada. Mermar la confianza, poquito a poco, conduce a la desintegración y si nos des-integramos, nos quedamos solos en medio del frío y de la locura, perdidos, consintiendo que el tiempo nos mate.
A aquellos que abusan y traicionan la confianza y que luego no saben estar a la altura, les digo: "Ahí os quedáis.... "
Nada me puede llegar a dar más pena que los pobres de espíritu, y también sé que nada me pude hacer más daño que los pobres de espíritu.
...claro que sí amiga..."encantada" me siento de tenerte cerca y de quererte...bien...muy bien
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